Ep. 3 El mueble de los botones y los secretos

Primero vinieron los botones. Un juego de tiradores y herrajes de bronce rescatados de la obra de un apartamento bogotano en reconstrucción que remodelaba Jimena Londoño en el año 2018. Pedazos de metal que eran vestigios de la historia de quienes habitaron dicho espacio en el pasado y que no pasaron desapercibidos para esta arquitecta apasionada por los artefactos que nos rodean, sus detalles constructivos y las memorias que contienen. ¿Qué podía hacer con ellos? 


La imagen de un gabinete japonés del que un viejo curandero sacaba hierbas, pastillas y aceites se plantó en su cabeza y la idea del Cajonero x9 empezó a nacer. Un mueble repleto de pequeños cajoncitos cada uno coronado con un botón en el frente que, en conjunto, hacen la ilusión de ojos observadores y vigilantes que acompañan a su usuario en el transcurso de su hacer, mientras cuidan lo que en su interior esconden. 


Traer muebles del pasado y explorar cómo sería su carácter si nacieran nuevamente en el contexto actual era un ejercicio creativo con el que Jimena estaba familiarizada. Limpiar sus líneas, simplificar sus formas y utilizar materiales y procesos de construcción contemporáneos; pero sobre todo, entender cómo un objeto de esta naturaleza podría cobrar sentido dentro de las dinámicas y el estilo de vida de hoy. Hacerlo funcionar. Así nace la idea del engaño y la ilusión. El mueble que parece pero no es. Conservar la apariencia pero esconder en su interior una lógica de almacenaje más eficiente. Conciliar la poética de su forma con la función que necesitaba suplir. 


El resultado: un cubo perfecto de 50 cm en cuyo frente se dibuja una retícula de nueve cuadrantes aparentes y que esconde en su interior tres cajones tapizados con correderas de cierre silencioso que sorprenden a quien, con curiosidad, tira de alguno de los nueve botones para descubrir qué hay dentro. Cuatro patas cilíndricas tangenciales suspenden este bloque del piso dándole la sensación de estar levitando. 


Se trata de un homenaje al diálogo permanente que se teje entre los seres humanos y los objetos de los que se rodean, a esa relación de complicidad que es posible desarrollar con estos seres inanimados que no solo asisten las tareas del día a día, si no que son, al fin y al cabo, acompañantes en la construcción de una vida. Se trata de un juego de ilusión y de percepción. El secreter. El mueble de los secretos. El cajonero en el que aguardan tesoros esperando ser descubiertos.

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